La localidad portuguesa de Setúbal, situada a unos 45 kilómetros al sur de la capital, acabó este domingo marcada por la tragedia a causa de una disputa vecinal que desembocó en un desenlace fatal. Tres hombres, con edades comprendidas entre los 40 y los 60 años, murieron tiroteados por otro individuo, de 66, que abrió fuego contra ellos con una escopeta de caza durante una acalorada discusión que, según medios lusos, estaba relacionada con la cría de palomas mensajeras. Los hechos se produjeron, concretamente, en el llamado Barrio Azul, un núcleo de chabolas levantadas en un descampado del área de Bela Vista, una zona rural de Setúbal donde sus residentes se dedican a la cría de animales y a sembrar huertas ilegales. En ese depauperado entorno en el que se registran altos índices de pobreza, desempleo e inseguridad, la Policía fue alertada a las 8.00 de la mañana, hora local, de que se estaba produciendo un tiroteo. Al acudir, los agentes encontraron los cuerpos sin vida de las tres víctimas, así como del atacante, que en cuanto los vio aparecer, decidió suicidarse con la misma escopeta con la que minutos antes había cometido el triple homicidio. «Hay cuatro cadáveres, pero aún no se conocen las causas y los detalles. El departamento de criminalística está investigando», se limitó a informar el comisario de policía de la Policía de Segurança Pública (PSP), Joao Freire. El caso, al tratarse de delitos de homicidio, es competencia exclusiva de la Policía Judicial portuguesa, que este domingo estableció un perímetro de seguridad y tomó declaraciones a residentes del lugar para esclarecer los hechos. El diario ‘Público’, citando a una fuente de la Policía Judicial, avanzó que la principal hipótesis de lo ocurrido gira en torno a una antigua disputa por la cría de palomas mensajeras para competición. Una actividad a la que, presuntamente, se dedicaban todos los implicados en la trifulca. En ese sentido, se refirió a un conflicto de larga data con «discusiones a propósito de dinero y el reparto de los terrenos en el descampado». Increpado La versión ofrecida por otros medios, como el periódico el ‘Jornal de Noticías’, difería en cierta medida. Según éste, dos de las víctimas, identificadas como Alberto Almeida, de 65 años, y Mário Lúcio Andorinha, de 60, eran aficionados a la colombicultura, es decir, a la cría de palomas. Ambos estaban acompañados por Felício Duarte, de 47 años y propietario de una huerta cercana, cuando se inició la disputa. Mientras esperaban la llegada de las aves, que estaban siendo probadas, se originó la discusión con el atacante por las molestias que presuntamente causaba la perrera que éste tenía en un terreno aledaño. En especial se quejaban del ruido y de que los animales molestaban a las palomas. Fue entonces cuando, en medio de un tensión creciente, el individuo, identificado como Cesário, abrió fuego contra los tres hombres con su escopeta, tal y como recoge dicho rotativo. «Era antisocial, siempre estaba sucio», afirman los conocidos del atacante, un desempleado de 66 años Aunque la Policía lusa no ha ofrecido detalles sobre el homicida, el ‘Correio da Manhã’ explicó este domingo que se trataba de un hombre de 66 años, que estaba en paro desde hace muchos años tras perder su empleo como guardia de seguridad en una escuela. De acuerdo con las informaciones recabadas, Cesário vivía en una chabola detrás de Barrio Azul. La CNN Portugal añadió que además de la cría ilegal de animales en dichos terrenos, el hombre se ganaba la vida arreglando vehículos en el centro de Setúbal. «Era antisocial, siempre estaba sucio y con garrapatas», relataron varios vecinos al ‘Correio da Manhã’. Dicho rotativo explicó igualmente que el arma que el atacante usó para cometer el triple homicidio fue hallada por la Policía junto a los cuerpos y ha sido incautada para ser analizada.