El presidente ha reducido la criminalidad a mínimos históricos con el estado de excepción pero no ha logrado erradicar los problemas estructurales que han sido el caldo de cultivo de la violencia
El presidente ha reducido la criminalidad a mínimos históricos con el estado de excepción pero no ha logrado erradicar los problemas estructurales que han sido el caldo de cultivo de la violencia