Además de vigilar las inversiones y que la tecnología no sea usada con fines militares, el G-7 promete 600.000 millones de dólares para infraestructuras en países en desarrollo
Además de vigilar las inversiones y que la tecnología no sea usada con fines militares, el G-7 promete 600.000 millones de dólares para infraestructuras en países en desarrollo